Un estudio realizado por cinco universidades, determinó que el 80% de las playas del país presentan algún grado de erosión, convirtiéndolas cada año, más pequeñas. La investigación fue solicitada por el Ministerio de Medio Ambiente y analizó un total de 35 playas.

Para esto, se realizó un trabajo de reconstrucción histórica de la línea litoral, “usando fotos aéreas antiguas de vuelos bajos y de levantamientos topográficos de líneas litorales para obtener las tasas de cambio requeridas para establecer la erosión costera”, indicó Patricio Winckler, académico de Ingeniería Civil Oceánica de la Universidad de Valparaíso.

Las playas con mayores tasas de daño, según el análisis, corresponden a Hornitos (Región de Antofagasta), con un retroceso de 2,6 metros por año; Algarrobo y Santo Domingo (Región de Valparaíso) y Pichilemu (Región de O’Higgins).

Por otro lado, las playas con estado estable son Cochoa, Las Cañitas, Caleta Portales y Los Marineros. A excepción de esta última, todas corresponden a playas encajadas, es decir, su abastecimiento sedimentario depende de aportes locales, por lo que presentan alta sensibilidad a cambios rápidos de estado.

Mientras que las playas que están aumentando su tamaño, experimentando alzamientos costeros de gran magnitud (estado de acreción), son El Encanto, Tubul y Llico.

Según explicó Winckler, algunas posibles causas son “los cambios en el nivel del mar, que hace que las dinámicas oceánicas actúen en una zona más alta de la playa, causando erosión” y agregó que “en los últimos 35 años hemos visto marejadas más frecuentes e intensas”.

Esta delicada situación de las costas de Chile, puede repercutir en varios aspectos, tales como deterioro y pérdida de la infraestructura costera sobrepaso de aguamar en vías de conexión de ciudades o más cierres de los puertos, por el aumento de las marejadas, las cuales para entonces serían de mayor intensidad.